PARA QUE LA RECONVERSIÓN MONETARIA SEA UN HILO CONDUCTOR

Oscar Viloria H.
Marzo, 2007
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TÍTULO ORIGINAL: Bolívar Fuerte (Bs. F)
ESTATUS: "Censurado - No Publicado"
La fortaleza del signo monetario se fundamenta económicamente en la estabilidad conjunta de su capacidad de compra y de reserva de valor, en relación a otros activos. En otras palabras, del grado de aceptación pública como medio de pago y de atesoramiento.
Es así, entonces, como el grado de fortaleza económica y financiera del bolívar, descansa también sobre el balance entre su capacidad para ser intercambiado por otras divisas y por producción interna. En el caso de otras divisas, estas pueden ser de referencia global como el Dólar y el Euro, pero también, monedas de curso legal procedentes de las economías socio-comerciales dentro de una unión aduanera, por ejemplo.
Por un lado, el aumento sostenido de la capacidad de compra de divisas y de la demanda de importaciones, comúnmente viene explicado por la hipótesis de la sobre-valuación real del bolívar o apreciación del tipo de cambio real que originan los desajustes en la paridad del poder de compra que no son asimilados por la tasa nominal de cambio.
Luego, este es el fenómeno que deriva, parcialmente, en el fortalecimiento real internacional del bolívar, al tiempo que se traduce en la condición comercial recíproca y dual de los tipos de cambio competitivo.
A su vez, las presiones de demanda sobre el mercado cambiario y las tendencias observadas por el diferencial entre los tipos de cambio negro y oficial, son la manifestación de los desequilibrios monetarios y del consecuente debilitamiento real interno del bolívar.
Para algunos, estos desequilibrios se resuelven con la devaluación de la moneda. Otros señalan que, previa devaluación, es necesario desmontar el control de cambio. Finalmente, están quienes afirman que la medida pertinente apunta hacia “ninguna de las anteriores”.
Ahora bien, como continuación de las ideas resumidas en el artículo “Reforma Monetaria. Ineludible”, de octubre de 2006, lo primero que resalta está en el alcance anti-inflacionario de la “reconversión” no lo determina la medida en sí misma; que su alcance es un colateral.
Solamente la expansión sostenida de la oferta agregada interna, particularmente la de bienes de consumo inmediato, puede inducir la convergencia nominal de los mercados.
No obstante, en el corto plazo, el fortalecimiento interno de la moneda dependerá necesariamente de la capacidad para determinar los equilibrios dentro de la FPP con comercio, es decir, de la expansión de la oferta global. Luego, que para un plazo mayor, la estabilidad solo puede estar garantizada por el equilibrio entre la producción de bienes transables y no transables.
Desde la óptica monetarista y lo señalado anteriormente, se deduce que la cantidad de base y de oferta monetaria acumulada al cierre de 2006, detuvieron la convergencia nominal de la economía interna y el alcance de las medidas anti-inflacionarias:
· El crecimiento de la oferta monetaria paso de 52.7% en el 2005 a 69.3% en el 2006.
· El PIB creció a la tasa de 10.3%, probablemente insostenible en el 2007.
· En contraste con la tasa de inflación de 14.37%, al cierre de 2006 la tasa se ubicó en 16.97%.
Ante este escenario, aparece la ineludible necesidad de optimizar la absorción o uso productivo de los excedentes monetarios de origen petrolero y no petroleroHoy en día, finalizando el primer trimestre de 2007, la efectividad colateral anti-inflacionaria de la “reconversión monetaria” depende firmemente de la formulación e instrumentación de un cuadro de medidas monetarias y cambiarias, que deben ajustarse al cronograma de emisión fraccionada de bolívares fuertes.
Sólo estas medidas podrán equilibrar dinámicamente las fuentes de base monetaria con la cantidad de “bolívares fuertes” en poder del público.
Sobra decir que la efectividad de la política económica está sujeta, rigurosamente, a una instrumentación oportuna, sin divulgación prematura.